Con neveras, químicos y médicos funcionan los bancos que más vidas salvan en el país: los de la red de bancos de órganos y tejidos. Todos pertenecen a centros médicos y de investigación que captan corazones, pulmones, riñones, hígados, ojos y hasta piel y huesos de personas fallecidas, para salvarle la vida a otros.
Los directores de estos bancos comparten hoy una misma preocupación: el descenso en el número de donantes. De acuerdo con el doctor Jorge Zapata, quien participó en el proceso de legislación sobre el tema, los temores son infundados. «Hoy el decreto 2493 de 2014 regula toda la red de trasplantes que está a cargo del INS. Esa misma ley dice que los órganos o tejidos no tienen valor, que sólo se pueden trasplantar a extranjeros si no hay ningún colombiano en lista de espera -cosa que no sucede- y los procedimientos de extracción de órganos garantizan que se respetará la dignidad del cuerpo y su familia».
Lo importante, señala Juan Carlos González, director científico de la Clínica Cardio VID es que cada uno le informe a su familia el deseo de donar porque finalmente serán ellos quienes decidan qué pasará con ellos, una vez la persona muera.
Banco de cerebros: la búsqueda de una cura
En uno de los edificios que integra la Sede de Investigación Universitaria reposan, bajo estrictas medidas sanitarias y de seguridad, 266 cerebros, muchos de ellos divididos en dos y congelados o conservados en paraformaldehído.
El Neurobanco, el único de su tipo en el país y uno de los cuatro que operan en Latinoamérica. Nació hace 20 años con pacientes que sufren de un tipo de Alzheimer propio de Antioquia.
Ninguno de los tejidos cerebrales se trasplanta, por eso la labor que se realiza en este banco es netamente de investigación. El trabajo, además, es contrarreloj: deben extraer el órgano antes de que se cumplan 12 horas de la defunción.
Banco de córneas, devolviendo la visión
En Colombia funcionan seis bancos de córneas, el único tejido del ojo que puede ser reemplazado para cumplir la misma función. «Las córneas que se extraen antes de que transcurran 8 o 10 horas del fallecimiento. Se conservan en líquidos especiales y se someten a pruebas microbiológicas», explicó Juan Carlos Olarte, coordinador de Salud de la Cruz Roja.
Huesos y piel también se donan
Aunque son menos conocidos, los trasplantes de huesos, tendones y piel también salvan muchas vidas. La piel la extraen de los miembros inferiores o la espalda para no afectar la apariencia del cuerpo. La almacenan en líquidos de conservación, cortada en trozos con tamaños específicos, enrollados y protegidos por una malla sintética.
Se conservan a temperatura de refrigeración en neveras aisladas y se usan en pacientes quemados. «Se ponen sobre las zonas afectadas y ayudan a que vuelva a crecer la piel del paciente. En 15 días se caen y queda una ‘nueva piel”.
Los huesos se transfieren a pacientes con traumas severos. Se almacenan congelados a -80 °C y su duración en el banco es de hasta cinco años.
Válvulas para revivir el corazón
Los corazones (y demás órganos vitales) no se pueden almacenar y deben ser trasplantados máximo cinco horas después de la muerte del donante. Sin embargo en Medellín la Clínica Cardio VID tiene un banco que almacena una parte de esos corazones: las válvulas cardíacas, las cuales se almacenan en nitrógeno líquido por un período máximo de 6 meses. Pero no todas son humanas. Hace varios años se descubrió que el corazón del cerdo es similar al humano y que, cumpliendo con ciertos procedimientos, las válvulas podían ser implantadas en humanos sin generar efectos adversos.
Hoy, «Cardio VID implanta entre 300 y 350 de estas válvulas que llegan a la clínica gracias a una empresa de alimentos, que selecciona los mejores ejemplares entre los cerdos que procesa», explicó el doctor Jorge Zapata, director médico del Laboratorio y Banco de Válvulas de la Clínica.
Una bolsa de sangre salva tres vidas
«Puede donar cualquier persona sana, mayor de 18 años, que pese más de 50 kilos, tenga una pareja sexual estable, no haya visitado zonas de malaria en el último año y no se haya realizado tatuajes o piercing en los últimos 12 meses», explica Juan Camilo Olarte, coordinador de salud del centro.
En cada banco se recibe la sangre, se procesa en máquinas que separan los glóbulos rojos, el plasma y las plaquetas -cada uno se usa en un tipo de paciente distinto-. Posteriormente se le realizan 7 pruebas para detectar enfermedades como VIH, hepatitis B y C y sífilis, entre otras.
Finalmente se clasifica según el tipo de sangre, se le asigna un sello de calidad y se almacena congelada o refrigerada para los procedimientos que lo requieran.
Si alguna de las pruebas da positivo, los médicos del banco contactan al paciente para informarle y ayudarle con el proceso de diagnóstico y tratamiento en la EPS.