Finalizamos el 2012 con un hermoso sentimiento de gratitud y emprendemos un año nuevo con una mágica promesa de esperanza.

Gracias Señor por todo cuanto nos diste en el año que termina, los días de sol y los nublados, la salud y las alegrías.

Gracias Señor, por la sonrisa amable y por la mano amiga, por el amor y por todo lo hermoso y dulce, por las flores y las estrellas, por la existencia de los niños y de las almas buenas.

Gracias por el trabajo, por las inquietudes, por las dificultades que nos ayudaron a crecer y por las lágrimas que purificaron nuestro espíritu.

Gracias por habernos conservado la vida, y por habernos dado techo, abrigo y sustento.

Por todo lo que nos acercó a Ti, ¡Gracias Señor!

En este año que comienza, te pedimos fe para mirarte en todo, esperanza para no desfallecer y caridad para amarte cada día más.

¡La Clínica Cardiovascular les desea un óptimo y esperanzador 2013, radiante de fe, alegría y amor, con 365 oportunidades para convertir los sueños en realidad!

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