Finalizamos el 2012 con un hermoso sentimiento de gratitud y emprendemos un año nuevo con una mágica promesa de esperanza.
Gracias Señor por todo cuanto nos diste en el año que termina, los días de sol y los nublados, la salud y las alegrías.
Gracias Señor, por la sonrisa amable y por la mano amiga, por el amor y por todo lo hermoso y dulce, por las flores y las estrellas, por la existencia de los niños y de las almas buenas.
Gracias por el trabajo, por las inquietudes, por las dificultades que nos ayudaron a crecer y por las lágrimas que purificaron nuestro espíritu.
Gracias por habernos conservado la vida, y por habernos dado techo, abrigo y sustento.
Por todo lo que nos acercó a Ti, ¡Gracias Señor!
En este año que comienza, te pedimos fe para mirarte en todo, esperanza para no desfallecer y caridad para amarte cada día más.