El pasado 29 de mayo, recibimos un emotivo mensaje en el que nuestra paciente Miriam Sofía Pérez Grisales y su familia, nos expresan sus afectuosas palabras de gratitud.
Compartimos algunas de ellas:
“Después de tanto tiempo y de tantas cosas vividas tras permanecer en la Clínica desde el 16 de septiembre hasta el 22 de abril, y en particular en la UCI, cuatro meses largos, es difícil condensar en palabras, tantos sentimientos y para con tantas personas.
En este momento quiero agradecer con todo mi ser y con todo mi corazón (el viejo, y ahora el nuevo que me da la vida) a todos ustedes que hicieron posible mi recuperación paso a paso; ustedes con sus cuidados, sus palabras, sus voces de aliento, y a veces hasta sus sacudidas, le dieron ánimo a mi familia, y a mí fuerzas para luchar y aferrarme a recuperar la calidad de vida que siempre avizoraron para mí.
Gracias a todos… Desde los vigilantes que amablemente recibían a mi familia en las horas de visita y preguntaban por mi estado; a los médicos que siempre me acompañaron y en los momentos más duros dieron lo mejor de sus conocimientos, emplearon las mejores técnicas y procedimientos para ayudarle a mi cuerpo a recobrarse, a recibir un nuevo corazón, que hoy late más fuerte agradeciendo la vida que me ha dado y que ustedes hicieron posible; a las enfermeras por sus cuidados atentos y siempre diligentes, por sus voces de aliento y compañía.
A la sicóloga y a María Elena que me acompañaron en los momentos difíciles donde mi ánimo y esperanzas se quebrantan pero que con sus palabras y energía, impulsaron a mi familia y a mí a superar esos duros momentos, y a sacar fuerzas para seguir luchando. A las fisioterapeutas, que con sus ejercicios y terapias le fueron devolviendo movilidad a mi cuerpo y me ayudaron a encontrar las fuerzas para moverme por sí sola.
Al personal de la Clínica de Heridas y a todos los especialistas que me trataron y me vieron, no como una historia clínica, sino como una persona a la que con sus conocimientos y ayuda, buscaron aliviar. A todos los que de una u otra manera estuvieron conmigo y con mi familia: gracias por darme un nuevo corazón y una nueva vida que cada vez late más fuerte.
Un abrazo fuerte de todo corazón y que Dios los colme siempre de bendiciones en todos los aspectos de su vida.”