“Cordial saludo.
Hoy 20 de julio de 2017 estoy de cumpleaños, cumplo 2 años de vida y aun así estoy escribiendo este mensaje. Quizás muchos de quienes estén leyendo esto se preguntarán ¿alguien de 2 años de edad redacta y escribe de esta manera? La respuesta es simple; el 20 de julio de 2015 recibí la noticia que por años había estado esperando, las palabras esperanzadoras que por momentos pensé que nunca escucharía, “Rubén, prepárese que hay un donante” y aun sabiendo el riesgo que correría en la cirugía que se me avecinaba, esa era mi única opción, todo estaba en manos de Dios y los especialistas encargados de mantenerme vivo y hacer que pudiese seguir con los pies sobre la tierra por no sé cuánto tiempo más.
Por eso hoy, dos años después de haber sido trasplantado de corazón, quiero agradecer de todo corazón, valga la redundancia, a todas las personas que de una u otra manera me han acompañado en este proceso; mi familia que soportó el antes y el después, ayudándome a superar todos los sustos que nos daba mi viejo y averiado corazón porque todos, desde mi mamá hasta los familiares más lejanos, sufrieron con mi enfermedad; a mis compañeros de trabajo con quienes he compartido por años; mis amigos de rato y los de mucho más tiempo; quienes ayudaron con el proceso y no tuve la oportunidad de ver por mi estado y a todos los que estuvieron pendientes de mi evolución con una oración, con una manifestación de ánimo, con una llamada o simplemente con tenerme en sus pensamientos; a todos un Dios les pague.
También siento gratitud infinita y así será siempre con el donante y más aún a su familia que tomó la dolorosa decisión de tener que aceptar la partida de su ser querido y la valiente decisión de darle felicidad a personas que no conocen y que quizás nunca vayan a conocer, Dios les pague por ese gesto. Pero no estuviese escribiendo este mensaje si no fuese también por quienes hicieron posible que mi sangre siguiera siendo bombeada y aunque no conozco a muchos, siempre los llevaré en mi pensamiento y oraciones, ellos son los especialistas de la Clínica Cardio VID y de la EPS Sura, quienes se convirtieron en una familia alterna para mí. Mejor dicho Dios les page a todos, a todos sin excepción.
Con gratitud eterna.
Rubén Darío Montes Arenas”